LA DUCHA ROMANA O EMETOFILIA
Consejos Nº205 | Publicado el Viernes, 07 Enero 2022
Ya sabemos que el sexo puede ser muy variado y que la gente, a la hora de follar o de disfrutar de él, tiene gustos muy distintos. Lo que a mí me puede poner completamente cachondo a ti puede dejarte frío como un témpano de hielo. Y viceversa. Por eso, dicen, el mundo es mundo. Hay quien se pone verraco perdido pensando en una gordita culona y tetuda, hay quien se masturba compulsivamente imaginando que lame el pie de su actriz favorita, hay quien se vuelve loco de deseo al contemplar a una flaquita, hay quien necesita que le pongan pinzas en los pezones para retorcerse de placer y hay quien, aunque parezca extraño, encuentra excitante el acto de vomitar, de ver vomitar o de que, directamente, les vomiten encima.
A ese acto, al de ser vomitado o vomitar encima de alguien con intención erótica, se le conoce con el nombre de ducha romana. Porque se cree que en las bacanales de la Antigua Roma quienes participaban en ellas se provocaban el vómito para, así, poder seguir comiendo más.
Sea cierto o no el origen del nombre, lo cierto es que esta práctica sexual tiene una denominación científica. Esa denominación es la de emetofilia y con ella se nombra lo que se considera una parafilia, es decir, una práctica en la que el placer se obtiene mediante una actividad diferente a la tradicional cópula.
Quienes aman la ducha romana de forma activa, es decir los que gozan potando y, sobre todo, potando sobre otros hablan de una excitante palpitación del esófago y lo comparan en cierta medida con la práctica de la eyaculación corporal o facial o, si es una práctica grupal, con el bukkake, esa práctica sexual en la que varios hombres eyaculan a la vez o sucesivamente, es difícil coordinar el orgasmo de varias personas, sobre el rostro de una mujer.
Tipos de emetofilia
Los estudios que se han efectuado sobre esta parafilia han determinado que la excitación emetofílica puede obtenerse de distintas maneras:
Viendo a alguien vomitar.
Vomitando uno mismo.
Provocando el vómito de alguien.
Vomitando sobre alguien.
Vomitando sobre los órganos sexuales propios o de otra persona.
Escuchando el vómito de alguien.
Vomitando en la boca de alguien.
Hay quien gusta de provocar el vómito de la amante con los dedos y hay quien habla de cómo la práctica de la garganta profunda o de la follada de boca puede ser una excelente manera de hacer que la otra persona vomite para, así, poder llegar a la ducha romana. Meter la polla con dureza hasta el fondo de la garganta y empujando una y otra vez con ella es una manera muy efectiva de provocar el reflejo de las náuseas que, tarde o temprano, harán que la persona que es follada dura y bucalmente pote.
Como toda práctica sexual extrema, la ducha romana no es una práctica que las trabajadoras sexuales acostumbren a incluir entre sus servicios, aunque siempre es posible encontrar a alguna prostituta de lujo que la incluya.
Como sucede con todos los fetichismos y parafilias, el encontrar un nexo directo entre vómito y excitación sexual solo debe ser considerado verdaderamente grave si la persona que siente atracción por esta práctica sexual solo puede excitarse sexualmente de ese modo y si única y exclusivamente concibe las relaciones sexuales cuando incluyen este tipo de práctica, etc.
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