Desde las uñas de los pies hasta la cabeza aprende a conseguir un orgasmo cervical
Consejos Nº162 | Publicado el Viernes, 28 Mayo 2021
El orgasmo cervical viene, como su nombre indica, del cervix, un punto que se ubica donde termina la vagina y empieza el útero. Esta zona, explican desde la empresa especializada en juguetes eróticos Platanomelón, está relacionada con la menstruación, el embarazo y el parto.
Parece que no todas las personas con vagina pueden alcanzar, al menos a priori, un orgasmo cervical. Ahora bien, nunca sabrás si eres una de ellas si no lo intentas, y tampoco tienes nada que perder. Lo que seguro que tienes es cérvix, ese punto plantado a la entrada de tu útero cargadito de funciones.
Aunque no se trata de una zona erógena, puede llegar a serlo si se trabaja, advierten desde Platanomelón. Se trata de una zona llena de nervios, que van desde la zona pélvica hasta las vértebras sacras. Ellos son los encargados de ese potencial placer, que de llegar, aparecería después de que el cérvix se lubricase y, tras llegar al orgasmo, contrajese.
Una de las principales diferencias del cérvix con el clítoris, por ejemplo, es que este último tiene un nervio conectado al cerebro, mientras que el cérvix tiene tres añaden desde la marca. Las matemáticas salen solas.
Para llegar al orgasmo, sea del tipo que sea, es importantísimo estar relajado y disfrutar del camino. A fin de cuentas, el cerebro es uno de los órganos claves en la excitación sexual.
Los genitales femeninos están mucho más escondidos que los masculinos. Por eso, hay que aprender a localizar el cuello uterino y descubrir su forma, tamaño, sensibilidad, ponte en plan explorador y, con ayuda de los dedos, ábrete camino hasta que notes una especie de pared al final de la vagina. Eso es el exocérvix, donde empieza tu cuello uterino.
Aprovecha el viaje al cérvix para hacerte un masaje en la zona, relajar la pelvis y alejar todos los problemas y el estrés del día de tu mente. Ahora que estás más tranqui, puedes pasar a estimular el cérvix con los dedos. Busca qué te gusta y qué no, probando a hacer círculos o movimientos laterales en la zona. Mantén un ritmo calmado y tómate tu tiempo, desde Platanomelón aseguran que a veces se necesitan hasta 45 minutos de estimulación para alcanzar una experiencia satisfactoria.
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